sábado, 19 de septiembre de 2009

Natalia Verbeke: 'Me da más miedo el mal de amores que la gripe A'


Vídeo: Richard Domínguez.

Actualizado miércoles 02/09/2009 19:12 (CET)
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YAGO PORTILLO

MADRID.- Más de 3,7 millones de espectadores como audiencia media, un 19,9% de 'share', un amor reñido capaz de mantener en vilo a toda clase de corazones y un protagonista que no deja indiferente a nadie. Los síntomas parecen claros: 'Doctor Mateo' sufre el típico caso de 'éxito televisivo asegurado'. Entonces, ¿cómo hacer frente a este tipo de enfermedad? Ataviada en esa clásica bata blanca y receta en mano, la indescifrable letra médica de Antena 3 atisba el remedio más práctico: tomar nuevas tramas en pequeños episodios comprimidos todos los domingos a las 22.00 horas y desde el próximo 6 de septiembre.

Sólo un año en San Martín del Sella y la vida profesional de Gonzalo de Castro parece haber recuperado un elemento tan indispensable de su pasada etapa en 'Siete vidas' como poco prolífero en su nuevo papel protagonista: la sonrisa. No es de extrañar.

Interpretar a Mateo, un médico peculiar, hemofóbico, borde, sincero hasta doler y carente de habilidad para las relaciones personales en un pueblo donde todos se conocen quizás no era la mejor carta de presentación ante una audiencia acostumbrada a lidiar con similitudes televisivas y a realizar comparaciones tan odiosas.

Sin embargo, culminada la primera temporada, no hay momento en que al ficticio doctor no le caiga la pregunta de rigor detrás de las cámaras: "¿Qué me recomienda para curar mi catarro?". A pesar de no tener el remedio y lejos de recurrir a la automedicación, Mateo lo reconoce: "todos los días hago, en plan de guasa, recetas".

Se lo puede permitir, y más después de descubrir y escribir una de las más deseadas, la del éxito de su propia serie: "La clave está en no innovar demasiado, mejorar las tramas, afinar las secuencias. La serie ha ganado en rapidez, agilidad, los personajes toman una entidad, su vida, su entorno... Contamos cosas cercanas sin batas ni quirófanos". Natalia Verbeke aporta un poco más: "es una serie distinta, con una cAlidad impresionante y con unas historias muy buenas".

De este modo, 'Doctor Mateo' regresa con su segunda temporada sin ánimo de curar la televisión actual ni de prevenir la entrada de algún que otro 'formato infeccioso'. Sólo para reafirmar su objetivo: "dar una nota de que se pueden hacer series de mucha calidad, con muy buenos guiones y sin tener que abaratar el producto".

Para ello, la ficción soltará bastante "lastre condicional" y vivirá más que nuncaalejada de las faldas de la original 'Doc Martin', convirtiendo el egocentrismo argumental del protagonista en un guión comunitario y con un formato más acorde a la comedia española. Hasta la duración de cada capítulo confirma esta tendencia. No obstante, tal y como asegura César Rodríguez Blanco, productor ejecutivo de la ficción, "con lo que hacemos nosotros en tres capítulos, nos comemos los contenidos de tres temporadas de la versión inglesa".

En su lugar, las tramas crecerán más cercanas a su vez a la única enfermedad de la que el popular médico no ha encontrado una cura: su relación amorosa con Adriana. Un 'ni contigo ni sin ti' que poco a poco parece encontrar sentido en cada uno de los episodios y que hacen que un simple beso se convierta en el momento esperado para los espectadores y para estos amantes... de la complicación.

Pero, ¿qué sería del Doctor Mateo sin ese carácter peculiar incapaz de buscar la solución más sencilla fuera de su consulta? Mateo y Adriana parecen ponerse de acuerdo por una vez en el fracaso de una antítesis del protagonista. "Creo que no tendría el éxito de la audiencia, esta forma tan avinagrada y tan particular de ser es lo que ha hecho que la gente se enganche", asegura Gonzalo. Natalia, por su parte, tampoco lo cree.

"Nos encantan los personajes complicados, que no te lo ponen fácil ni son tan amables. Uno de sus atractivos es ese carácter". ¿Se puede extrapolar al amor? "Adriana nunca se hubiera enamorado de un chico fácil", argumenta Natalia, sin saber que Gonzalo va mucho más allá: "ni me habría mirado, mi gancho es ser como soy".

Junto a ellos, las cosas también cambiarán entre el resto del reparto de la primera temporada. Marga colaborará más con el doctor mientras empieza la carrera de enfermería, Carol intentará tener un hijo con su marido Mario (con un papel más importante que la pasada temporada) y para ello, recurrirá a un mal consejero, el propio Mateo; Elena dejará su papel de madre soltera para buscar novio o 'lo que surja', Tom verá como su pasado vuelve de golpe (hijos desconocidos, la vuelta de la banda), Alfredo se obsesionará con un caso internacional y la tía Juana sufrirá el peso de sus años.

Además nuevos residentes llegarán haciendo mucho ruido. Es el caso de Bruno (Xisco Segura), un psicólogo que comparte peculiaridades con Mateo y que será el encargado de dar explicación, a modo de diagnóstico, al comportamiento del médico. También llegará Pepe (Manuel Galiana), padre de Adriana, el cual vendrá acompañado del resto de la familia de la maestra para dar a conocer un poco más del porqué de su forma de ser.

Ante esta nueva etapa, una pregunta se cierne en el aire: ¿Llegará la gripe A al popular y ficticio pueblo asturiano? En ese caso, Mateo lo tiene claro: "Si llega, dinamitaré el pueblo". Natalia Verbeke, tomando el papel de Adriana, no duda en saber qué es lo que ocurriría: "Uf, sin duda, matarían a Mateo. El pueblo está muy loco y cada vez que pasa algo es culpa del médico".

Visiones apocalípticas y dramáticas que pierden concordancia ante un temor. No, no es la futura rivalidad con 'Gran Hermano 11', estreno también este próximo domingo: "ellos sí que no tienen remedio ni cura, es un formato que no aguanto y me voy a callar porque no quiero sacar la artillería pesada".

Es el miedo a una elección: ¿Mal de amores o gripe A? Mateo hace gala de sus conocimientos médicos y no balbucea en sentimentalismos: "mal de amores, que no me falten nunca, la gripe A mata". En cambio, Adriana, con su respuesta deja claro el punto de su relación con el médico... "Me da más miedo este mal de amores que la gripe A. Esta se cura antes que nuestra relación".

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